Mayo está tradicionalmente dedicado a la Santísima Virgen María, Madre de Dios y Madre nuestra.
Por eso, durante todo el mes la imagen de la Virgen de los Remedios se encuentra, como es habitual, en el retablo mayor de la iglesia, a los pies de Jesús Nazareno.
Al finalizar todas las Misas se rezará el ejercicio del mes de mayo.