Una vez finalizada la Semana Santa, en nuestra iglesia se puede observar un cambio en la distribución de las imágenes en los retablos de la misma. Así, las imágenes de San José y del Santo Cristo del Despojo han sido permutadas, quedando la imagen del Patriarca en el retablo lateral del lado del Evangelio y el Cristo de Claudio Cortijo en el de la Epístola.

Este cambio se debe a varias razones. En primer lugar, con la reciente reforma del presbiterio y la nueva ubicación del Sagrario, el retablo colateral del lado de la Epístola parece el lugar idóneo para que, a partir de ahora, se instalen los diferentes altares de cultos durante el año y dejar de ocupar con ellos el presbiterio, ya que además ahora es el lugar donde se sitúa la Sede.

Esto llevaba a la necesidad de que durante esos cultos (Cuaresma principalmente) la imagen de San José estuviese tapada (además del Jueves Santo con el Monumento) o bien a moverla. No parece ua buena idea ninguna de las dos, pero sobre todo se agrava porque el estado de conservación de la talla es bastante delicado, estando el Cabildo de Gobierno en trámites para restaurarla lo antes posible.

Toda vez que en Semana Santa el Cristo del Despojo ocupa el lugar del Stmo. Cristo de la Agonía, su altar queda libre, y se situó en él a San José para evitar que durante los días de Pasión estuviese tapado, como ocurría otros años. Al devolver las imágenes a sus lugares habituales, se tomó la decisión entre el Cabildo de Gobierno, los mayordomos y el Sr. Rector, de no volver a mover a San José y ubicar en su altar al Cristo del Despojo.

Por tanto la decisión es, por un lado, la poco conveniencia de tener que tapar a San José en varios momentos del año -no sucede lo mismo con el Cristo del Despojo que puede moverse con mas seguridad- y la menos recomendable aun de moverlo mientras no sea restaurado.

En cualquier caso, hay indicios de que la magnífica talla del esposo de la Santísima Virgen ocupó ese lado de la iglesia en épocas pasadas.